El paso de una economía basada en la agricultura a otra basada en la manufactura y los servicios, marcó una transición histórica singular. Podemos apreciar mejor su alcance si analizamos varios de los aspectos sociales más sobresalientes; por ejemplo, su importante dimensión poblacional. La población boricua, tanto en su estructura como en su dinámica, registró cambios impresionantes durante los comienzos de la industrialización. De éstos merecen destacarse tres: 1) crecimiento de la población urbana frente a la rural, 2) emigración masiva hacia los Estados Unidos, y 3) merma notable en la mortalidad y la natalidad.
Puerto Rico se convertía en un país predominantemente urbano, cuya población se inclinaba cada vez más a vivir en el área metropolitana de san Juan o en alguna otra ciudad grande. Mudarse del campo a las ciudades era un recurso de superación muy conocido en Puerto Rico. Desde principios del siglo xx miles de familias habían tomado la ruta del concreto. A consecuencia de esta migración dentro de la isla o migración interna, el país había ido urbanizándose a pasos firmes durante toda la primera mitad del siglo.
La emigración masiva de puertorriqueños a Estados Unidos fue el hecho más importante de todo este periodo de industrialización. Los sociólogos clasifican los estímulos para emigrar en dos tipos: los de expulsión y los de atracción. Los primeros son los factores que motivan a un individuo o a los grupos a abandonar su lar nativo. Los segundos, los que los “halan” hacia el lugar de destino. En el caso de la emigración puertorriqueña a Estados Unidos, los factores de expulsión fueron de diversa índole. La perdida de millares de empleos agrícolas y el crecimiento poblacional ocurrieron más rápidamente ahora que en las primeras décadas del siglo.
Una merma notable en dos medidas clave de la conducta demográfica: la mortalidad y la natalidad. Entre tanto, las medidas básicas de comportamiento poblacional, tales como la natalidad y la mortalidad, marcaron una tendencia muy peculiar. El patrón de los primeros 30 años del siglo xx había sido el de un descenso marcado de la natalidad y un estancamiento relativo de la mortalidad. Resultado de esto había sido un aumento en el ritmo de crecimiento de la población, debido a que los nacimientos superaban en proporción creciente a los fallecimientos. Si la población no creció a pasos de gigante en este período la razón fue sencilla: la emigración.
En conclusión la época de la industrialización en Puerto Rico fue una que trajo consigo muchos cambios para los puertorriqueños, desde lo económico hasta lo social y poblacional. Esto influenció en la continua búsqueda de mejores condiciones de vida, propiciando así la emigración de los puertorriqueños a los Estados Unidos. Teniendo que soportar marginación étnica y racial. Cayendo así en un círculo de estancamiento y pobreza.
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